DIARIO DE NAVARR ENTREVISTA A JORGE DE VICENTE "CERA", aqui teneis el enlace a la entrevista http://www.diariodenavarra.es/20100813/tudela/corro-bicicleta-otra-mentalidad.html?not=2010081301355895&idnot=2010081301355895&dia=20100813&seccion=tudela&seccion2=tudela&chnl=10#botones_multimedia
y tambien la entrevista en si.
y tambien la entrevista en si.
Decir que desde que "Cera" llego al equipo ha sido un mas, eso si, ha aportado mucha vitalidad al equipo y muchas ganas que se contagian al resto, y es de justicia que con entrevistas como estas se le rinda homenaje a alguien que ha demostrado que no le tiene miedo a la "vida".
JAVIER UBAGO . TUDELA Viernes, 13 de agosto de 2010 - 04:00 h.
Para Jorge de Vicente Jiménez, ciclista del equipo Asesores de Navarra del CC Barillas, hay un antes y un después en la vida. Con 33 años acaba de superar un cáncer de testículos y ha conseguido cuatro segundos puestos en otras tantas carreras ciclistas que ha disputado. Amante de la bicicleta, no tiene coche y es su vehículo para desplazarse, De Vicente es un ejemplo de superación como lo han sido otros deportistas a nivel mundial.
Nació en Madrid, pero con apenas 8 años se trasladó a Zaragoza con su familia. En la capital aragonesa trabaja en un gimnasio de monitor y el ciclismo es su único y primer hobbi. Comenzó a los 18 años a correr en aficionados con el equipo Relax y después ha pasado por el Intersport Jorri y ya en Máster estuvo en el Goerna-Intrespa de Tudela, en dos etapas diferentes, y en el Beton de Corella. Desde el pasado mes de abril viste el maillot del Asesores de Navarra del CC Barillas.
Jorge de Vicente es un joven que siempre se ha cuidado para el deporte. Pero su vida dio un brusco giro a finales de 2009 cuando se le detectó un cáncer de testículos. Fue operado el 10 de marzo de 2010 -fecha que se ha tatuado en el brazo izquierdo- y en apenas cinco meses ha demostrado que su recuperación marcha por buen camino. En este tiempo ha conseguido cuatro segundos puestos en el Campeonato de Aragón, en la cronoescalada a Cerler y en dos pruebas celebradas en Torrecilla de Alcañiz y Monlora, cerca de Ejea de los Caballeros.
¿Cuándo conoció su enfermedad?
El año pasado a partir de agosto notaba que las carreras las terminaba muy cansado. Me decían que era debido al fuerte entrenamiento y al trabajo que llevaba encima, pero me conozco bien y sabía que por ese motivo no era. Un día al finalizar un entrenamiento me noté un pequeño bulto y fui al médico. Tras varias pruebas y ecografías me detectaron el cáncer.
Y el mundo se le vino encima.
No. A las primeras de cambio no te quedas parado, al contrario, pero reconozco que cuando abandoné el hospital las lagrimas se me caían. Lo primero que pensé es si volvería a montar en bicicleta. De repente te cambia la vida. Pasé de ser un niño, siempre me había considerado como tal, a hacerme mayor. Me hice fuerte y traté de proteger a los de mi alrededor, principalmente a mis padres y a la familia.
¿Cómo se afronta el paso por el quirófano?
He tenido la suerte de tener a los mejores médicos. Me sorprendió que a los 8 días de la operación, cuando me retiraron los puntos, estaba haciendo pesas en el gimnasio. Hubo gente que pensó que estaba loco por hacer deporte tan pronto, pero mi médico Javier Valer me animaba a trabajar con algo que me gusta.
¿Qué recuerda de aquellos primeros momentos?
Tengo una anécdota y es que a las dos horas de la operación sentí hambre y había acordado con mis médicos que me dieran arroz para comer. Siempre recuerdo que mis abuelos decían que el mejor síntoma de buena salud es sentir hambre y comer.
¿Cómo afronta la recuperación?
Tengo que pasar controles médicos cada dos meses durante cinco años. No me han dado quimioterapia porque los médicos consideraron que iba a ser negativo porque tengo el 18% de posibilidades de que se me vuelva a reproducir. Ahora noto que no recupero como antes tras un largo esfuerzo y que estoy más cansado. Pero las ganas pueden más que todo eso.
¿Diferencia de antes a ahora?
Disfruto con las carreras y cada momento. Ahora valoro el esfuerzo y hasta me emociono de poder estar ahí.
¿Qué le dicen sus compañeros del equipo ribero?
Fernando Santas dice que ya vale de hacer segundos puestos (risas). Están muy contentos. He notado que la gente me mira de otra manera. El primer día que salí a competir a 10 kilómetros de la meta había gente que se quedaba a cola del pelotón para darme la enhorabuena por el hecho de poder acabar la prueba. Me emocioné. Hubo gente que me aseguró estar orgullosa de correr juntos. Y yo mismo me sorprendí de poder aguantar.
Lo cierto es que ahora hace mejores puestos que antes de la operación.
Mi mentalidad ha cambiado. Antes corría para demostrar al resto que era el mejor. Ahora tengo que demostrarme a mí mismo que no soy inferior a nadie y tampoco quiero que mis rivales sientan compasión ni me vean inferior.
¿Cómo se hace uno más fuerte?
Cuando voy en bicicleta y siento dolor en las piernas recuerdo el dolor más fuerte que tenía en el hospital y eso me ayuda a crecer y superarme en el sufrimiento. Lo más duro que he visto en mi vida fue la primera imagen cuando entré en Oncología. Ahí te das cuenta de la realidad de la vida, de gente que no quiere vivir por el sufrimiento y ves a niños que no saben ni entienden porqué están ahí. De hecho, he creado una empresa propia para confeccionar calcetines. Los voy a vender a un euro el par y ese dinero irá destinado a los niños para tratar sus enfermedades en la unidad de Oncología.
¿Qué le ha causado más dolor en todo este tiempo?
Sin duda ninguna los comentarios que me he tenido que oír de rivales que hablan sin saber y dicen que ahora ando más en bicicleta porque los médicos me han dado algo. Invito a todos esos a que asistan a un control médico de los muchos que paso y a que vean cómo me cuido, entreno y trabajo con la bicicleta para estar a un buen nivel. Mi cambio de mentalidad es el único secreto que me ha ayudado a crecer y mejorar en el ciclismo.
Para Jorge de Vicente Jiménez, ciclista del equipo Asesores de Navarra del CC Barillas, hay un antes y un después en la vida. Con 33 años acaba de superar un cáncer de testículos y ha conseguido cuatro segundos puestos en otras tantas carreras ciclistas que ha disputado. Amante de la bicicleta, no tiene coche y es su vehículo para desplazarse, De Vicente es un ejemplo de superación como lo han sido otros deportistas a nivel mundial.
Nació en Madrid, pero con apenas 8 años se trasladó a Zaragoza con su familia. En la capital aragonesa trabaja en un gimnasio de monitor y el ciclismo es su único y primer hobbi. Comenzó a los 18 años a correr en aficionados con el equipo Relax y después ha pasado por el Intersport Jorri y ya en Máster estuvo en el Goerna-Intrespa de Tudela, en dos etapas diferentes, y en el Beton de Corella. Desde el pasado mes de abril viste el maillot del Asesores de Navarra del CC Barillas.
Jorge de Vicente es un joven que siempre se ha cuidado para el deporte. Pero su vida dio un brusco giro a finales de 2009 cuando se le detectó un cáncer de testículos. Fue operado el 10 de marzo de 2010 -fecha que se ha tatuado en el brazo izquierdo- y en apenas cinco meses ha demostrado que su recuperación marcha por buen camino. En este tiempo ha conseguido cuatro segundos puestos en el Campeonato de Aragón, en la cronoescalada a Cerler y en dos pruebas celebradas en Torrecilla de Alcañiz y Monlora, cerca de Ejea de los Caballeros.
¿Cuándo conoció su enfermedad?
El año pasado a partir de agosto notaba que las carreras las terminaba muy cansado. Me decían que era debido al fuerte entrenamiento y al trabajo que llevaba encima, pero me conozco bien y sabía que por ese motivo no era. Un día al finalizar un entrenamiento me noté un pequeño bulto y fui al médico. Tras varias pruebas y ecografías me detectaron el cáncer.
Y el mundo se le vino encima.
No. A las primeras de cambio no te quedas parado, al contrario, pero reconozco que cuando abandoné el hospital las lagrimas se me caían. Lo primero que pensé es si volvería a montar en bicicleta. De repente te cambia la vida. Pasé de ser un niño, siempre me había considerado como tal, a hacerme mayor. Me hice fuerte y traté de proteger a los de mi alrededor, principalmente a mis padres y a la familia.
¿Cómo se afronta el paso por el quirófano?
He tenido la suerte de tener a los mejores médicos. Me sorprendió que a los 8 días de la operación, cuando me retiraron los puntos, estaba haciendo pesas en el gimnasio. Hubo gente que pensó que estaba loco por hacer deporte tan pronto, pero mi médico Javier Valer me animaba a trabajar con algo que me gusta.
¿Qué recuerda de aquellos primeros momentos?
Tengo una anécdota y es que a las dos horas de la operación sentí hambre y había acordado con mis médicos que me dieran arroz para comer. Siempre recuerdo que mis abuelos decían que el mejor síntoma de buena salud es sentir hambre y comer.
¿Cómo afronta la recuperación?
Tengo que pasar controles médicos cada dos meses durante cinco años. No me han dado quimioterapia porque los médicos consideraron que iba a ser negativo porque tengo el 18% de posibilidades de que se me vuelva a reproducir. Ahora noto que no recupero como antes tras un largo esfuerzo y que estoy más cansado. Pero las ganas pueden más que todo eso.
¿Diferencia de antes a ahora?
Disfruto con las carreras y cada momento. Ahora valoro el esfuerzo y hasta me emociono de poder estar ahí.
¿Qué le dicen sus compañeros del equipo ribero?
Fernando Santas dice que ya vale de hacer segundos puestos (risas). Están muy contentos. He notado que la gente me mira de otra manera. El primer día que salí a competir a 10 kilómetros de la meta había gente que se quedaba a cola del pelotón para darme la enhorabuena por el hecho de poder acabar la prueba. Me emocioné. Hubo gente que me aseguró estar orgullosa de correr juntos. Y yo mismo me sorprendí de poder aguantar.
Lo cierto es que ahora hace mejores puestos que antes de la operación.
Mi mentalidad ha cambiado. Antes corría para demostrar al resto que era el mejor. Ahora tengo que demostrarme a mí mismo que no soy inferior a nadie y tampoco quiero que mis rivales sientan compasión ni me vean inferior.
¿Cómo se hace uno más fuerte?
Cuando voy en bicicleta y siento dolor en las piernas recuerdo el dolor más fuerte que tenía en el hospital y eso me ayuda a crecer y superarme en el sufrimiento. Lo más duro que he visto en mi vida fue la primera imagen cuando entré en Oncología. Ahí te das cuenta de la realidad de la vida, de gente que no quiere vivir por el sufrimiento y ves a niños que no saben ni entienden porqué están ahí. De hecho, he creado una empresa propia para confeccionar calcetines. Los voy a vender a un euro el par y ese dinero irá destinado a los niños para tratar sus enfermedades en la unidad de Oncología.
¿Qué le ha causado más dolor en todo este tiempo?
Sin duda ninguna los comentarios que me he tenido que oír de rivales que hablan sin saber y dicen que ahora ando más en bicicleta porque los médicos me han dado algo. Invito a todos esos a que asistan a un control médico de los muchos que paso y a que vean cómo me cuido, entreno y trabajo con la bicicleta para estar a un buen nivel. Mi cambio de mentalidad es el único secreto que me ha ayudado a crecer y mejorar en el ciclismo.
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